Friday, May 25, 2012

Oremos por nuestros HIjos siempre.


Oremos por nuestros Hijos siempre


Debemos aceptar el gran reto cada padre y cada madre el de orar por nuestros hijos siempre .

No importa la edad que tengan, Dios les ama y no quiere que ninguno se pierda.
Tus hijos son un regalo de nuestro Padre Jesucristo, como una expresión tangible del amor de Dios por ti… déjate discipular por Cristo, y pídele…
“Señor, enséñame a orar” (Lucas 11:1).

Entonces persevera en la oración y un día, quizás, escuches estas maravillosas
palabras “Mamá… gracias… ¿Yo sabía que estabas orando por mi!.


Entregemos nuestros hijos a Dios

(Ana y Elcana) trajeron el niño Elí, y ella dijo: Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoro allí a Jehová. (1 Sam. 1:25, 27,28.)

Como Padres solemos ser los mejores intercesores… siempre estamos pidiendo por
nuestros hijos, pero muchas veces intensificamos esa intercesión en tiempo de
crisis… es nuestra responsabilidad Y un privilegio venir delante de Dios para pedir
por ellos todo el tiempo. La Biblia nos enseña a que “entremos por sus puertas con
acción de gracias, por sus atrios con alabanza (Sal. 100)

Debemos comenzar nuestra oración con alabanza. La oración también incluye el
pedir a Dios perdón.
También debemos pedirle al Espíritu Santo que nos guíe y pidamos como conviene,
debemos de tratar que la línea de comunicación con Dios esté completamente clara
de comenzar a interceder.



Oremos los pasajes Bíblicos en alta voz:

Escucha tu propia voz al leer la palabra o citarla en oración, esto fortalece tu fe.
La Biblia : Cuando oramos lo que la escritura dice acerca de nuestros hijos, el poder de la palabra de Dios quita toda ansiedad y miedo produciendo fe en nosotros.
declara : “asi que la fe por el oír, y el oír por la palabra de Dios” (Rom. 10:17).


Escribe tus Oraciones

Escribe tus oraciones en una libreta, y apunta la fecha… entonces anota cuándo y
cómo el Señor contestó cada oración.

Y Dios le mandó a Habacuc a escribir la visión que había visto para que fuera un
testimonio al final de los tiempos (Hab. 2:2-3)



Seamos específicos en nuestras Oraciones

Durante tu oración en el momento intenso de la intercesión debes de ser específico
mencionando con detalles claros lo que necesitas, recuerda en las Escrituras que el
hombre ciego le dijo a Jesús “quiero ver”.



Oremos de acuerdo a la voluntad de Dios

Pídele a Dios que te revele lo que hay en su corazón, entonces ora lo que El desea para tus hijos.

Confía que el Espíritu Santo pondrá en ti pensamientos o pasajes de las Escrituras en tu mente, entonces inclúyelos en tus oraciones.
Y cuando estés en tu devocional leyendo la Biblia, Dios hará saltar alguna página con algún mensaje particular, y esto llegará a ser parte de tus oraciones personales.


Oremos por el futuro de nuestros hijos

Recuerda que algunas oraciones serán “oraciones de espera”. Si orar por los futuros cónyuges de tus hijos o por la elección de la universidad, mientras aún son niños, tendrás que esperar para ver la respuesta.
¿Y por qué no comenzar a orar por las cosas del futuro?
Por que al orar por anticipadamente, tu ya estas formando y declarando un camino
de Bendicion.


Dedicando nuestros hijos a Dios

Dios dice en su palabra que los hijos son herencia suya. Debemos ver a nuestros hijos como regalos que se nos han confiado por un tiempo.
La oración de Ana fue de entregar a Dios de su pequeño hijo Samuel
“Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo. Pues, lo dedico también a
Jehová todos los días que viva será de Jehová” (1 Sam. 1:27 -28.)

Dedicar nuestros hijos a Dios es un acto de entrega que conlleva una gran
responsabilidad. Significa que no solamente dependemos del Señor para que nos
ayude a criarlos, sino que aceptemos a esos hijos como Dios los ha creado.


Metas Santas:

Además de la dedicación de tus hijos al Señor, aquí están algunas metas santas por las cuales puedes comenzar a orar.

Puedes añadir las tuyas propias cuando las encuentres en las Escrituras.
Que Jesucristo sea formado en nuestros hijos (Lee Gal. 4:19)

Que nuestros hijos, que son la descendencia de los justos, sean librados del mal
(Lee Pro. 11:21, Mat. 6:13)

Que nuestros hijos sean enseñados por el Señor y su paz sea inmensa 
(Lee Isa. 54:13)

Que ellos aprendan a discernir entre el bien y el mal, y que tengan buena conciencia delante de Dios (Lee Heb. 5:14)

Que los mandamientos de Dios estén en sus mentes y en su corazón (Lee Heb. 8:10)

Que sepan escoger compañeros que sean sabios, no necios, ni sexualmente inmorales, ni borrachos, ni idólatras, ni difamadores, ni estafadores
(Lee Prov. 13:20, 1 Cor. 5:11)

Que se mantengan sexualmente puros y separados solamente para sus futuros
cónyuges, pidiendo a Dios su gracia para que se mantengan en ese compromiso
(Lee Efesios 5:3, 31-33)

Que honren a sus padres (Lee Efesios. 6: 1-3)


Jesucristo  Bendiga y nos guie a cada Padre a ser mejores intercesores de nuestros Hijos. 

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