Oremos
por nuestros Hijos siempre
Debemos aceptar el gran reto cada padre y cada madre el de orar por nuestros hijos siempre .
No
importa la edad que tengan, Dios les ama y no quiere que ninguno se pierda.
Tus
hijos son un regalo de nuestro Padre Jesucristo, como una expresión tangible
del amor
de Dios por ti… déjate discipular por Cristo, y pídele…
“Señor,
enséñame a orar” (Lucas
11:1).
Entonces
persevera en la oración y un día, quizás, escuches estas maravillosas
palabras
“Mamá… gracias… ¿Yo sabía que estabas orando por mi!.
Entregemos
nuestros hijos a Dios
(Ana
y Elcana) trajeron el niño Elí, y ella dijo: Por este niño oraba, y Jehová me
dio lo que
le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová.
Y adoro allí a Jehová. (1 Sam. 1:25, 27,28.)
Como
Padres solemos ser los mejores intercesores… siempre estamos pidiendo por
nuestros
hijos, pero muchas veces intensificamos esa intercesión en tiempo de
crisis…
es nuestra responsabilidad Y un privilegio venir delante de Dios para pedir
por
ellos todo el tiempo. La Biblia nos enseña a que “entremos por sus puertas con
acción
de gracias, por sus atrios con alabanza (Sal. 100)
Debemos
comenzar nuestra oración con alabanza. La oración también incluye el
pedir
a Dios perdón.
También
debemos pedirle al Espíritu Santo que nos guíe y pidamos como conviene,
debemos
de tratar que la línea de comunicación con Dios esté completamente clara
de
comenzar a interceder.
Oremos
los pasajes Bíblicos en alta voz:
Escucha
tu propia voz al leer la palabra o citarla en oración, esto fortalece tu fe.
La
Biblia :
Cuando oramos lo que la escritura dice acerca de nuestros hijos, el poder de
la palabra de Dios quita toda ansiedad y miedo produciendo fe en nosotros.
declara
: “asi que la fe por el oír, y el oír por la palabra de Dios” (Rom. 10:17).
Escribe
tus Oraciones
Escribe
tus oraciones en una libreta, y apunta la fecha… entonces anota cuándo y
cómo
el Señor contestó cada oración.
Y
Dios le mandó a Habacuc a escribir la visión que había visto para que fuera un
testimonio
al final de los tiempos (Hab. 2:2-3)
Seamos
específicos en nuestras Oraciones
Durante
tu oración en el momento intenso de la intercesión debes de ser específico
mencionando
con detalles claros lo que necesitas, recuerda en las Escrituras que el
hombre
ciego le dijo a Jesús “quiero ver”.
Oremos
de acuerdo a la voluntad de Dios
Pídele
a Dios que te revele lo que hay en su corazón, entonces ora lo que El desea para tus
hijos.
Confía
que el Espíritu Santo pondrá en ti pensamientos o pasajes de las Escrituras en tu
mente, entonces inclúyelos en tus oraciones.
Y
cuando estés en tu devocional leyendo la Biblia, Dios hará saltar alguna página
con algún mensaje particular, y esto llegará a ser parte de tus oraciones
personales.
Oremos
por el futuro de nuestros hijos
Recuerda
que algunas oraciones serán “oraciones
de espera”. Si
orar por los futuros cónyuges
de tus hijos o por la elección de la universidad, mientras aún son niños, tendrás
que esperar para ver la respuesta.
¿Y
por qué no comenzar a orar por las cosas del futuro?
Por
que al orar por anticipadamente, tu ya estas formando y declarando un camino
de
Bendicion.
Dedicando
nuestros hijos a Dios
Dios
dice en su palabra que los hijos son herencia suya. Debemos ver a nuestros
hijos como
regalos que se nos han confiado por un tiempo.
La
oración de Ana fue de entregar a Dios de su pequeño hijo Samuel
“Por
este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo. Pues, lo dedico también a
Jehová
todos los días que viva será de Jehová” (1 Sam. 1:27 -28.)
Dedicar
nuestros hijos a Dios es un acto de entrega que conlleva una gran
responsabilidad.
Significa que no solamente dependemos del Señor para que nos
ayude
a criarlos, sino que aceptemos a esos hijos como Dios los ha creado.
Metas
Santas:
Además
de la dedicación de tus hijos al Señor, aquí están algunas metas santas por las cuales
puedes comenzar a orar.
Puedes
añadir las tuyas propias cuando las encuentres en las Escrituras.
Que
Jesucristo sea formado en nuestros hijos (Lee Gal. 4:19)
Que
nuestros hijos, que son la descendencia de los justos, sean librados del mal
(Lee
Pro. 11:21, Mat. 6:13)
Que
nuestros hijos sean enseñados por el Señor y su paz sea inmensa
(Lee Isa. 54:13)
Que
ellos aprendan a discernir entre el bien y el mal, y que tengan buena
conciencia delante
de Dios (Lee
Heb. 5:14)
Que
los mandamientos de Dios estén en sus mentes y en su corazón (Lee Heb. 8:10)
Que
sepan escoger compañeros que sean sabios, no necios, ni sexualmente inmorales, ni
borrachos, ni idólatras, ni difamadores, ni estafadores
(Lee
Prov. 13:20, 1 Cor. 5:11)
Que
se mantengan sexualmente puros y separados solamente para sus futuros
cónyuges,
pidiendo a Dios su gracia para que se mantengan en ese compromiso
(Lee
Efesios 5:3, 31-33)
Que
honren a sus padres (Lee
Efesios. 6: 1-3)
Jesucristo Bendiga y nos guie a cada Padre a ser mejores intercesores de nuestros Hijos.
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